Thursday, July 25, 2013

Volver A Lo Básico O Esencial

En cualquier estilo de danza, para buscar el centro o el equilibrio siempre hay que regresar a lo básico. Este principio también es completamente aplicable a cualquier aspecto de la ¨vida real¨. En la actualidad se busca mucho la rapidez y la gratificación inmediata. En esa búsqueda se pierde la valoración de beneficios que perduren en el tiempo. Si bien es importante aprovechar la facilidad para darle velocidad a las acciones, nunca hay que obviar el correcto dominio de los principios básicos que las rigen para lograr un mayor bienestar producto de esas acciones.
 
Como la mayoría de los seres humanos, los bailarines siempre queremos aprender y ejecutar todo lo más rápido posible. Y muchos logramos hacerlo y nos saltamos etapas del aprendizaje que luego se traducen en lesiones, inconsistencia y dificultad para expresar emociones y sentimientos llegado el momento de presentarse ante el público.
 
En el caso de los niños y niñas, los padres casi siempre presionan al maestro para que los pase a un nivel mas adelantado antes de que estén listos física y mentalmente para afrontar una mayor exigencia. Aquí se pone a prueba la capacidad de los padres de entender la importancia que tiene el respetar los tiempos y ritmos que en cada niño o niña son completamente diferentes.
 
Como maestros de danza al igual que un maestro de cualquier asignatura nos encanta cuando llega a nuestras manos un estudiante con la capacidad de aprender en tiempo record lo que a muchos les cuesta meses o años dominar con mucho esfuerzo. ¡En estos casos la responsabilidad del maestro se pone a prueba por partida doble! Diseñar una estrategia de enseñanza para aprovechar al máximo el potencial de ese alumno y no ¨aburrirlo¨ y al mismo tiempo cuidar que los principios básicos de la técnica y la alineación correcta del cuerpo estén presentes para no ¨dañarlo¨. A eso hay que añadir el balancear los niveles de exigencia y presión para no ¨quemarlo¨ y que ese talento pueda desarrollarse en su máximo potencial y no propiciar su retiro abrupto al no encontrar la manera de canalizar tantos elementos que pueden abrumarlo.
 
En la danza como en la ¨vida real¨ es imposible lograr un sano balance físico, mental y emocional si no se parte de una base. Es como construir un edificio, hay que tener una base solida para que no se derrumbe. Durante la construcción de ese edificio hay que inspeccionar constantemente la solidez de la base y muchas veces hay que volver atrás y reparar algún error. Del mismo modo, para bailarines, maestros, padres y seres humanos en general es de suma importancia este principio. Para la danza y para la vida de nunca se deben obviar los principios básicos necesarios para construir un físico y una personalidad que los sostengan con equilibrio ante los movimientos de la vida.












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